sábado, 11 de junio de 2011

El Proceso De La Eyaculación

Pero esto es sólo en el sentido de que el mayor porcentaje del fluido seminal tiene por objeto vehiculizar y proteger a un porcentaje relativamente minúsculo de esperma. El esperma constituye sólo aproximadamente el 5% de la producción total del fluido eyaculatorio.

En promedio, un hombre saludable y fértil produce 2 – 6 ml de eyaculado. Esto equivale a una dosis de 2 – 6 centímetros cúbicos. Si te encuentras en el promedio de 4 ml, esto equivale a menos de una cucharadita de té. Sin embargo, en cada mililitro de fluido seminal, suponiendo que esté bien mezclado (no lo está cuando recién sale del cuerpo) puede haber tanto como 100 millones de espermatozoides.



P: ¿Cómo es que no eyaculamos esperma puro?
R: Porque si así lo hiciéramos los espermatozoides morirían durante su viaje hacia el exterior del cuerpo y no habría nadie en el mundo con quien tener sexo.

Nuestro sistema reproductivo también tiene la función de eliminar residuos líquidos del organismo (la orina fluye por el mismo canal que el esperma – a través de la uretra), por eso necesitamos una serie bastante complicada de funciones glandulares complementarias que aseguren la supervivencia del esperma en lo que de otro modo sería un viaje traicionero hacia la vagina. La orina es ácida y por ello mortal para el esperma. Las superficies de revestimiento de la uretra son normalmente ácidas debido a que orinamos con mucha más frecuencia de lo que eyaculamos, mientras que el esperma se desarrolla en un medio ambiente alcalino.
¿Cómo hacer entonces para llevar el esperma sin peligro desde el Punto T, los testículos, hasta el Punto V, la vagina?

La primera línea de defensa del esperma son las Glándulas de Cowper. Se trata de una glándula par, del tamaño de una arveja (guisante) que se halla debajo de la próstata a cada lado de la uretra, dentro de la cual drenan. Cuando comenzamos a estar sexualmente excitados, las glándulas de Cowper se activan y comienzan a segregar dentro de la uretra unas pocas gotas de un fluido transparente, lubricante y alcalino que llamamos “fluido pre seminal“. Esto neutraliza el pH ácido que reviste a la uretra y eventualmente agrega otro 5% a nuestra producción total de fluido seminal.

Pero no nos vayamos de nuestra historia. Muchos peligros aguardan a nuestro esperma, que todavía no ha comenzado a moverse de su lugar de almacenamiento, el epidídimo.

La mayoría de nosotros cree que nuestros testículos fabrican espermatozoides fértiles y activos, que son eyaculados junto con algunos otros fluidos. Esto es cierto sólo en parte. Existe un pequeño, aunque largo, y crítico órgano tubular, (aproximadamente 6 metros, o 18 pies de largo si se lo extiende completamente) llamado epidídimo que se halla por fuera de cada testículo y unido a él. Los espermatozoides producidos dentro de los testículos (a un ritmo normal de 50.000 por hora) son inmaduros, usualmente no tienen motilidad propia, ni siquiera están completamente formados. Sin el epidídimo, los hombres seríamos completamente infértiles. Durante la producción de esperma, los testículos llevan los espermatozoides “incompletos” hacia el epidídimo junto con una cantidad relativamente grande de agua. La mayor parte de esta agua es reabsorbida por el epidídimo a medida que el esperma se concentra allí. Los espermatozoides maduros usualmente permanecen en el epidídimo por un período de hasta 60 días, dependiendo del número y la frecuencia de las eyaculaciones que se produzcan.

P: ¿Qué pasa si no eyaculamos por más de 60 días? ¿Qué ocurre entonces con todos esos espermatozoides?
R: Si estuvieras tanto tiempo sin masturbarte y sin tener sexo, probablemente durante ese período tendrías una eyaculación involuntaria durante el sueño. Si no la tuvieras, la mayoría de los espermatozoides maduros serían metabolizados por tu cuerpo.

Es dentro del epidídimo donde los espermatozoides maduran, se concentran y a través de una serie de complicados “baños” hormonales, se vuelven viables y cada vez más móviles. De esta manera son almacenados, esperando por decirlo así, hasta que comienzan a moverse hacia el conducto deferente, en su camino hacia el exterior a través de la uretra a medida que la eyaculación se acerca.

El conducto deferente (también un órgano par), se extiende desde el epidídimo hasta la próstata; cada uno mide aproximadamente 20cm (8 pulgadas) de largo. Estos conductos son capaces de contraerse durante la eyaculación, impulsando el esperma hacia delante para encontrarse con otros fluidos. Durante una vasectomía, se retira una pequeña sección de cada uno de estos tubos, impidiendo que los espermatozoides puedan unirse con el resto de los líquidos que constituyen el eyaculado. Luego de esta operación, el volumen total de líquido eyaculado en el hombre vasectomizado sólo disminuye en proporción a la pequeña cantidad que corresponde a los espermatozoides, aproximadamente 5%.

Mientras tanto, otras importantes glándulas sexuales accesorias están constantemente haciendo su propio trabajo para el momento en que eyacularemos, incluso mientras nos miramos el ombligo, dormimos o lavamos nuestro auto.

Las Vesículas Seminales, que se ubican por encima de la próstata cerca de la base de la vejiga, desembocan dentro del conducto deferente -que más adelante continuará como la uretra-, independientemente del fluido de la próstata. Estas vesículas producen aproximadamente el 70 % del volumen total del eyaculado. Contribuyen al mismo con una mezcla compleja de fructosa, prostaglandinas, espermina, ión citrato, y otras sustancias más, todo lo cual sirve para proveer movilidad adicional y nutrir a los espermatozoides en el momento en que estos toman contacto con esta mezcla un poco más adelante en la uretra durante la eyaculación. Las Vesículas Seminales también producen proteínas andrógeno dependientes. Estas proteínas son las que provocan esas áreas de coágulos o grumos que se ven en el eyaculado cuando uno se masturba. La porción de líquido proveniente de las vesículas seminales es espesa y alcalina.

La glándula prostática tiene aproximadamente el tamaño y la forma de una nuez y se ubica justo por debajo del cuello de la vejiga. La uretra comienza en el cuello de la vejiga y corre justo a través del centro de la próstata (esta es la razón por la cual tenemos problemas para orinar cuando tenemos una inflamación en la próstata). La próstata produce aproximadamente el 10 % del líquido eyaculado, a veces más. El líquido prostático es rico en ácido cítrico, colina y zinc y tiene un aspecto aguachento, de color grisáceo, alcalino y opaco. Se supone que el líquido prostático contribuye a la posterior licuefacción de los grumos del eyaculado, un proceso que ocurre cuando las proteínas se degradan después de un período de aproximadamente 20 minutos luego de la eyaculación. Cuando te retiras un condón algún tiempo luego del coito, o luego de echarte una siesta después de eyacular, probablemente hayas notado que la mezcla espesa original que estaba sobre tu abdomen se ha vuelto bastante acuosa. Es durante esta etapa de degradación de proteínas donde al fin se mezclan, y muy bien, todas las secreciones de las distintas glándulas. Esta misma etapa de degradación proteica ocurre en el eyaculado dentro de la vagina.

Como habrás notado, todos los líquidos accesorios que contribuyen al total del eyaculado son alcalinos. Esta alcalinidad no sólo protege al esperma del entorno ácido de la uretra, sino también dentro de la vagina que también es un entorno ácido.

P: Me estoy aburriendo. Ya tengo en claro todas las etapas. Todos estos líquidos están listos. Entonces, ¿cuándo viene lo bueno? ¿Qué es lo que lo hace comenzar?
R: Una buena, impaciente y muy complicada pregunta. Para nuestro propósito, aquí está la respuesta más corta.

Cuando estás teniendo sexo, o te estás masturbando, vas pasando por distintas etapas que los Dres. Masters y Johnson dividieron en 4: Excitación, durante la cual logras una erección; tu presión arterial, tu respiración y tu ritmo cardíaco aumentan, tus testículos se aproximan al cuerpo, tus pezones pueden volverse erectos y la piel de tu torso puede enrojecerse (esto último le ocurre a las mujeres más frecuentemente que a los hombres)

Luego pasas a la siguiente etapa, que ellos, de una manera poco clara, han llamado plateau o meseta, durante la cual tu ritmo cardíaco, presión arterial y ritmo respiratorio aumentan aún más. Los testículos pueden apretarse más fuertemente contra la pared de la pelvis. El glande del pene puede volverse de un color rojo oscuro. Si todavía no han aparecido, unas cuantas gotas de líquido claro y lubricante de pre eyaculado, fabricadas por las Glándulas de Cowper, llegan al meato urinario ubicado al final de la uretra. Aunque te estás acercando, todavía no estás listo para eyacular.

Lo que te lleva hacia el límite (la etapa del orgasmo) y a la eyaculación, es una serie de eventos muy bien coordinados, nuevamente divididos en dos sub-etapas que comienzan con la etapa de la “emisión”. Durante esta etapa, las distintas secreciones comienzan a transitar sus respectivos caminos, sin embargo el “momento de la inevitabilidad” (cuando sabes que vas a eyacular no importa lo que suceda) aún no ha llegado.

Los espermatozoides maduros que han sido almacenados en los epidídimos, al lado de cada testículo, ingresan al conducto deferente y avanzan hacia el bulbo uretral donde son retenidos; a medida que se acumula más esperma, el bulbo uretral se agranda. Es en este contexto donde Masters y Johnson aparentemente hacen referencia a la “emisión”. A medida que el esperma se acumula, comienzas a percibir la sensación de que vas a eyacular. Luego se produce el cierre de dos esfínteres: el del cuello de la vejiga, para evitar que se produzca una eyaculación retrógrada hacia la vejiga, y otro esfínter se cierra justo por debajo de la próstata, atrapando el esperma dentro del bulbo uretral. (Sin embargo, parte del esperma puede haber sido arrastrado fuera del bulbo uretral hacia la uretra por el líquido de las Glándulas de Cowper, que ya ha comenzado a fluir – Por esta razón, las mujeres pueden quedar embarazadas a partir de un contacto de la vagina con el líquido preseminal solamente)

A medida que el bulbo se llena, todas las funciones de las glándulas accesorias se disparan rápidamente para llegar a la etapa de expulsión o de orgasmo. El conducto deferente comienza a contraerse, forzando aún la entrada de más esperma hacia el bulbo uretral. La próstata comienza a contraerse expulsando parte de su propio fluido, las vesículas seminales se contraen. Una cantidad importante de líquido proveniente de las vesículas seminales (recuerda que éste constituye la mayor parte del volumen de tu eyaculado) se une con el fluido prostático y llega al bulbo uretral para unirse con los cientos de millones de espermatozoides que ya se han acumulado allí. La “unión” de los fluidos es inmediata. El bulbo se contrae, como también lo hace un suave músculo que se ubica a lo largo del tronco del pene, forzando el líquido rápidamente hacia afuera. Como todo esto ocurre a una velocidad de aproximadamente 35 millas por hora (56 Km/h) dentro de un área menor que la de un dedo extendido, no puedes hacer otra cosa más que…disparar.

La primera expulsión de líquido del meato contiene más espermatozoides que las siguientes. Cada sucesiva onda contráctil – ocurre una cada 0.8 segundos – contiene menos espermatozoides y relativamente más fluido de las vesículas seminales y de la próstata. A medida que vas depositando tu eyaculado en la vagina y al mismo tiempo vas dando estocadas, tiendes a mezclar un poco mejor lo que en un principio no era una mezcla perfecta. No importa. El proceso de degradación de las proteínas licuará por completo todo el eyaculado. Tu contribución a la perpetuación de la especie: fructosa, esperma, prostaglandina, etc, etc, etc, todo protegido por un entorno alcalino, ha sido entregada.

Resolución:
Esta constituye la última etapa de la respuesta sexual, tal como fue definida por Masters y Johnson. Durante el período de resolución, tus contracciones orgásmicas se van debilitando y luego finalizan. Algunos fluidos continúan rezumando de la uretra. Para este momento tu glándula pituitaria (ubicada en tu cerebro) ya ha dado la señal de que los niveles de prolactina deben aumentar rápidamente. La prolactina hace que pierdas tu erección y que caigas, a menudo agradecido, en lo que se denomina período “refractario” durante el cual usualmente no puedes lograr otra erección por un cierto período de tiempo que va de unos minutos a horas, o días, dependiendo fundamentalmente de la edad.

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